
Límites a los Alquileres: Una Medida Ruinosa
La dificultad para encontrar un alquiler a precio accesible ha aumentado de forma alarmante entre la población española en los últimos años. Muchas personas, cansadas de esta situación, exigen que el sector público tome medidas para solucionarlo, pero ¿cuál será su respuesta?
Adrián Peláez Salvador
10/29/2024
La pasada semana se vivió en Madrid una revuelta general en contra de los altos niveles de precios que se están pagando por los alquileres, hasta un total de 22.000 participantes declara la delegación del Gobierno, y hasta 150.000 según los propios convocantes. Bajo los lemas ¨La vivienda es un derecho, no un negocio¨y 'Se acabó: bajemos los alquileres' y al grito de 'No toleramos ni un desahucio más' se sobrellevó la marcha, desde la plaza del Emperador Carlos V hasta la Gran Vía. Reivindicación que se ha reproducido en otras grandes ciudades, como Barcelona, Malaga o Sevilla. Estas manifestaciones, secundadas por muchos políticos, e incluso por partidos politicos enteros pretenden reducir el precio de los alquileres aplicando topes máximos a estos mismos, como si aplicando estas medidas el problema se resolviera solo.
Es verdad, que utilizando estos topes máximos se logrará reducir el precio de alquiler a corto plazo, pero esto puede no resultar beneficioso para lograr una mejor accesibilidad en el mercado del alquiler. Mercados monopolistas y oligopsonistas tendrán diferentes resultados al aplicar un tope máximo que mercados competitivos. Mientras que en mercados monopolistas y oligopsonistas, por razones teoricas que no entraré a explicar, los precios se reducirán a la vez que la oferta aumentará, en mercados competitivos los mecanismos de mercado consecuentes de implementar topes máximos reducirán el precio del alquiler a costa de reducir la oferta, y por tanto, empeorando la accesibilidad de los consumidores a alquilar. Ahora bien, es preciso saber qué tipo de mercado es el mercado del alquiler. Pues bien, según un estudio realizado sobre el control de alquileres en Cataluña, realizado por el ISADE, nos encontramos en el segundo caso, donde topes al alquiler conllevan reducciones del precio (-5%) y reducciones de contratos firmados (-10%). Según el propio estudio del ISADE, esto ha provocado un aumento en los precios de los alquileres más económicos. Al haber menos competencia tras la reducción del 10% en la oferta de pisos en alquiler, estos inmuebles tienen mayor capacidad para incrementar sus precios, lo que desfavorece a las familias de menos recursos.
No parece importarles las numerosas ocasiones en que esta política ha sido aplicada, tanto en España (durante el franquismo) como en otros países, y ha demostrado ser totalmente perjudicial. Pocos temas generan un consenso tan amplio entre los economistas como el rechazo a imponer límites máximos en los alquileres. Sin embargo, los políticos parecen ser alérgicos al rigor científico y a los datos estadísticos, pues, de lo contrario, no adoptarían este tipo de medidas.